viernes, 29 de abril de 2016

EUROPA






Drácula fue un hombre que vivió en el siglo XIV, su verdadero nombre era Vlad Tepes, quien era hijo de uno de los personajes más terroríficos de la historia.
Cuando era niño Vlad fue entregado a los turcos por su propio padre como un acto de buena fe, para que estos no lo atacaran, pero tiempos después el padre de Vlad fue privado de la vida por los mismos turcos, educaron a Vlad con las creencias turcas y luego lo ayudaron a regresar al trono. Cuando Vlad regreso al trono, empleo lo más cruel que aprendió con los turcos, la tortura, mas específicamente el estacamiento, donde un hombre era atravesado mientras aún estaba con vida y era dejado colgando en un palo.

Drácula significa “hijo del dragón” o “hijo del demonio”, aunque sea solo el significado de su apellido, se queda corto para describir lo que hizo durante su vida. Aunque fue un gran defensor de la gente del pueblo, era implacable con los nobles que estaban en su contra. Cuentan que hacia cenas y festines, que invitaba a cientos de personas y después de embriagarlos los empalaba fuera de su castillo y ahí frente a ellos terminaba el de cenar, gozaba con el rociado de hemoglobina en su cara, despellejando vivos a los aldeanos, hirviendo a ladrones gitanos y luego forzando a otros gitanos a comérselos, invitando a amigos a cenar solo para asesinarlos y mojar pan en su sangre conforme iban muriéndose sobre la mesa.



DATOS CURIOSOS DE DRÁCULA
Vlad era el príncipe, y esto implicaba hacer cumplir la ley. Lo hacía mediante el empalamiento, no importaba si el crimen era pequeño o grande. De todas maneras había excepciones, como cocinar a alguien y darlo de comer a su familia. No hay datos sobre la primera esposa, aunque sabemos que le dio un hijo que heredó sus bienes: Mihnea cel Rau. La segunda esposa era hija de un noble húngaro, y le dio dos hijos que no llegaron nunca al trono. 




Sin duda alguna, la figura de Vlad Tepes es sumamente curiosa y los relatos míticos que enmarcan su figura, aún hoy resultan sencillamente increíbles. Cabe destacar, no en vano, que muchas de sus atrocidades las cometió con el fin de defender su reino de los invasores, razón por la que, según los historiadores, se lo consideró un héroe durante mucho tiempo, habiendo quienes también se han referido a éste como el precursor de la guerra psicológica. Cuando los turcos atacaron la zona, Vlad envenenó sus propios pozos de agua para que no pudieran tomar de allí. Además quemó varias aldeas, para que no tuvieran donde descansar, y asesinó a los pobladores para que no tuvieran la satisfacción de hacerlo ellos. Vlad murió en la batalla contra los turcos, probablemente en manos de sus propios soldados que cambiaron de bando. Su cabeza fue enviada al sultán que la empaló y la colgó fuera de su palacio. Su cuerpo fue enterrado, pero más tarde se perdió y nunca más fue encontrado. Para los amantes de los vampiros hay solo una explicación: la vida eterna





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